Una vez, cuando tenía 17, B. me ha dicho que él puede adivinar muchas cosas de la gente sin conocerla mucho. Por ejemplo, dijo, él adivinaba que yo le había gustado a muchos, muchos niños, pero ninguno había muerto por mí, jamás ninguno se había enamorado. Y tenía razón.


Lo triste hoy, cuando tengo 19, es que todavía tiene razón.

los enamorados deberían dejar de creerse romeo y julieta. cuando te veo en el patio pienso en arrancar a polonia contigo, pero vamos a quedarnos aquí porque arrancar y esconderse es sólo para que te busquen y, claro, te encuentren.

qué tontera, ¿quién quiere que lo encuentren?

me enamoro dos veces por día

le dije a mi mamá con toda la gente con la que me había encontrado en radiohead. descubrimos que la mitad me había gustado.

"podís llenar un estadio, constancita".

dia si, dia no

querer dia por medio no es querer, oye.







también me lo digo a mi.

viendo televisión horrible, estando tan alto como un astronauta, saliendo con gente que me cuesta conocer, o que me caiga bien. no puedo creer las cosas que hago de noche.

me sé tan bien la última página que no puedo leer la primera. y no empezar es cada vez peor.


obvio que voy a estar bien: sólo he tenido una mala noche.

creo que me voy a poner triste: creo que será hoy día.